Llega el calorcito y con el regresa a nuestras mesas el manjar
más popular de los recetarios andaluces. Se trata de una sopa fría elaborada a
base de tomate, pan, aceite de oliva, ajo y vinagre, además de algunas
hortalizas como pepino y pimiento.
Francamente refrescante,
contundente, sabroso y muy
nutritivo, el gazpacho andaluz es sin duda alguna el rey sol de la
gastronomía sureña.
El origen del gazpacho es difícil de dilucidar, aunque se
conoce que ya se consumía una especie de gazpacho primigenio en la antigua Roma, (obviamente sin las
pertinentes hortalizas). También los campesinos del interior de Andalucía ya
elaboraban platos con pan desmigao en aceite de oliva, vinagre y sal en la
época del al-Ándalus. A partir de aquí fue evolucionando y con la llegada del
tomate y el pimiento, dio lugar a
diferentes recetas, aunque hay que tener en cuenta que estos no se agregaron al
gazpacho hasta mediados del siglo XIX.
Parece ser que fue la granadina Eugenia de Montijo (consorte de Napoleón III) la responsable de
introducir el gazpacho en la corte francesa y darle así un impulso
internacional ya que a partir de aquí fueron muchos los viajeros románticos
venidos de Europa los que se interesaron en probar este brebaje para
posteriormente describirlo con esmero en sus escritos.
Por lo general el gazpacho suele servirse frio y se acompaña
con unos daditos de las propias hortalizas que intervienen en su preparación,
además de unos cubos de pan fresco. A partir de esta guarnición clásica los
gazpachos han evolucionado notalmente y hoy en día podemos encontrarlos
servidos con una gran variedad de ingredientes.
Al tratarse de una ensalada triturada, y rebajando o suprimiendo el uso
del ajo y el vinagre dependiendo del gazpacho en cuestión, nos daremos cuenta
de que combina a la perfección con un sinfín de ingredientes tales como
mariscos, pescados, frutos secos, carnes, hierbas frescas, frutas, etc.
Otra variante podemos conseguirla sustituyendo o reduciendo
la cantidad del ingrediente principal (el tomate), por otro de nuestro gusto
como puede ser el aguacate, remolacha, mango, manzana verde, etc. Y por si no tuviéramos ya suficientes
posibilidades también admite con
excelentes resultados su texturización, ya sea como helado, granizado,
gelatina, etc.
Como veis el gazpacho nos brinda la posibilidad de jugar y
disfrutar de la creatividad en la cocina, así que aquí os dejo esta receta que
espero disfrutéis y os anime a combinar
esta deliciosa sopa fría con los ingredientes que más os gusten.
Gazpacho de pulpo y
vieiras con gelatina de ostras
Para la cocción del
pulpo.
1 pulpo de unos 2 kl aproximadamente, para 4 personas nos
sobra con 1/2 kl.
Limpiar y lavar bien el pulpo con agua fría prestando
atención especialmente a las ventosas, ya que en ellas suelen acumularse restos
de arena. Darle la vuelta a la cabeza y
quitarle los ojos y el pico, aunque siempre podéis pedir al pescadero que os lo
limpie.
Poner una olla con agua al fuego y añadir un poco de sal,
esperar a que este hirviendo a borbotones y entonces procedemos a asustar al
pulpo. Esta operación consiste en sumergir el cefalópodo en el agua hirviendo
durante unos segundos y sacarlo rápidamente del agua, esperar unos segundos a
que hierva nuevamente a borbotones y volvemos a sumergir el pulpo en el agua
unos segundos, por ultimo repetiremos la operación una vez más. Este proceso
nos servirá para que las carnes del pulpo se contraigan y la piel se adhiera a
ella, evitando así su perdida, ya que en la piel se encuentran gran cantidad
de Después de sumergirlo 3 o 4 veces,
introducirlo definitivamente en el agua y cocerlo a fuego medio hasta que este
tierno, más o menos entre 45 minutos y una hora dependiendo del tamaño del
bicho.
Para comprobar que el pulpo está cocido, lo pincharemos con
una brocheta en la parte más gruesa
(entre las patas y la cabeza), si la carne no presenta ninguna resistencia a la
brocheta, estará cocido.
Sacar del agua, escurrir bien y cortar las patas en rodajas, con ayuda de
unas tijeras.
Si no lo vamos a consumir al momento, mantener el pulpo
entero y dejar que se enfríe a temperatura ambiente.
Reservar un poco de agua de la cocción para cuando lo
vayamos a consumir para calentarlo livianamente en su propio caldo.
Para el gazpacho
Ajo
Pan
Tomate maduro
Aceite de oliva virgen
Agua de cocción del pulpo
Vinagre de Jerez
Sal
Proceder a triturar el ajo con el pan y el aceite hasta
conseguir una pasta fina y homogénea. Para ayudarnos podemos agregar un poco
del agua de cocción del pulpo.
A continuación añadir los tomates y seguir triturando unos
minutos. Por ultimo poner a punto de sal y vinagre y pasar por un chino fino si
fuera necesario.
En este caso la única diferencia con el gazpacho
tradicional, sería la utilización de agua de cocción del pulpo en lugar de agua
normal y por supuesto el pepino y el pimiento verde que están presentes en
todas las recetas clásicas y que
personalmente con el tiempo he ido suprimiendo de mi receta del gazpacho.
Para las vieiras
Limpiar bien las vieiras y en el momento de montar el plato
pasarlas por la plancha con un poco de aceite de oliva y sal.
Para la gelatina de
ostra
200cl Jugo de ostras
1g Agar agar
Hervir ¼ parte del jugo de ostras junto con el agar agar, batir
bien y retirar del fuego. Mezclar con el resto de jugo de mejillón, colar y
verter sobre un recipiente de plástico, enfriar y cortar en dados pequeños,
reservar hasta su uso.
Otros
Puré de remolacha
Aceite de oliva virgen extra
Para el montaje del
plato
En un plato sopero disponer unas rodajas de pulpo que
habremos templado en la salamandra, una vieira previamente pasada por la plancha
y unos trocitos de la gelatina de ostras. Decorar el plato con un poco de puré
de remolacha y unas gotas de aceite de oliva virgen. Poner el gazpacho en una
jarra y verter sobre el plato a la vista del comensal.
que pasada de presentación... eres un crack Pancho!!!
ResponderEliminar