El gazpachuelo es sin duda la más malagueña de todas las sopas y junto con la viña ave para mí las más deliciosas.
Sopa pobre, de pescadores, en la que básicamente se mezclaba un caldo de pescado con una mayonesa hecha con yema y aceite, la clara se cuajaba en la sopa y se cortaba a trocitos para servir como guarnición junto con algo de pan duro y unas papas hervidas.
Hoy en día, dista bastante de la receta original y ha pasado de ser una sopa pobre a ser todo una seña de identidad de la mejor gastronomía malagueña, elaborada con los más selectos productos del mar.
La de hoy es una de las tantas variantes a la que esta sopa andaluza a dado lugar.