La principal diferencia entre la
burrata y la mozarela es que, al formar las bolas o saquitos de pasta hilada,
la primera se rellena con crema de leche. Este pequeño detalle le aporta más
cremosidad y acentúa los matices dulces y ácidos del queso.
Es por esto que lo más recomendable
para disfrutarla es consumirla tal cual y a temperatura ambiente, con un poco
de aceite de oliva, sal y pimienta recién molida, acompañada con un poco de pan
hecho en horno de leña…. mamma mia!!!!