Aunque hoy este arte está prácticamente en desuso, hace unas
décadas y junto a las esculturas de hielo, estaba presentes en todos los bufets
de los grandes hoteles del mundo. Los
cocineros mostraban sus aptitudes artísticas llegando a veces a niveles de detalle
extraordinarios, realzando con gran espectacularidad las repletas mesas de
alimentos que exponían en sus establecimientos.
Este arte ancestral tiene su origen en la cultura tibetana y
según una leyenda china, en el año 641 DC, cuando la princesa Wencheng de la
dinastía Tang se casó con el rey
tibetano Songtsan Gambo, el pueblo tibetano presento sus ofrendas delante del Buda. Al no encontrar
flores debido a la temporada invernal, los monjes tibetanos realizaron algunos
ramos de flores hechos con mantequilla.