martes, 7 de febrero de 2012

Foie gras micuit de pato



Parece ser que los egipcios descubrieron que las ocas que descansaban a orillas del Nilo durante el invierno, almacenaban grasa en su hígado para posteriormente usarla como reserva energética durante la migración. También descubrieron que algunas aves podían ser domesticadas y sobrealimentadas por un proceso de cebado con el fin de engordarlas. Esta práctica se extendió por el mediterráneo hasta que griegos y romanos la depuraron, comenzando a alimentar a los gansos con higos desecados para hipertrofiar sus hígados. Su aparición culinaria se atribuye al gastrónomo romano Marco Gabio Apicio, autor del único libro de cocina de la época que ha llegado hasta nuestros días. Los métodos para producir hígado de ganso cebado llegaron a Francia a través de la región de Alsacia.