No es un libro de cocina, ni un recetario al uso, sino mas bien un canto a la gastronomía (especialmente la chilena), al buen yantar y a los deleites que este provoca.
Aída nos relata multitud de anécdotas y curiosidades que vivió junto a este prolifero artista, uno de los más grandes del siglo XX.
Nos va introduciendo en el mundo personal y gastronómico de Neruda, al tiempo que nos muestra parte de su obra, poesía comestible, versos aromáticos, odas al vino, al pan, al aceite, a la cuchara , al maíz e incluso una al caldillo de congrio.
Gran convidador y amante de las reuniones de amigos, siempre en torno a la mesa celebrando todo lo que se podía celebrar, no siempre gozo de un estatus que le permitiera el regocijo culinario, sino mas bien todo lo contrario, al menos durante sus años mozos.
A medida que fue creciendo su fama, también lo hicieron sus ingresos y fue entonces cuando realmente pudo empezar a considerarse todo un gourmet y a degustar esos productos sibaritas que llegaban desde tierras foráneas y que antes no estaban a su alcance.
En sus memorias, Confieso que he vivido, hay multitud de referencias donde muestra esta atracción por la culinaria, aunque se puede apreciar que apenas las menta en su etapa de juventud, muestra de que por aquel entonces solo era un chico famélico y mal nutrido. que a pesar de haber sido un amante del hedonismo en la mesa, solo pudo refinarlo cuando lo permitió su bolsillo.
Un libro que merece ser leído a fuego lento, lleno de esencias de la vida y obra del poeta.
Mañana mismo lo busco! Confieso no haberlo leído aún.......gracias por comentarlo!
ResponderEliminarSeguro te va a gustar!!!y mas a ti siendo chilena!!!
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