Ta-kumi; cocina japonesa

Hace un par de noches estuve cenando en el restaurante Takumi, restaurante de cocina japonesa ubicado en el paseo marítimo de Marbella.

La idea de Takumi surge en Mallorca, donde Álvaro ejercía como chef ejecutivo en el hotel Blau Porto Petro, un establecimiento de lujo con mucha solera en la isla. Allí conoce a Toshio, oriundo de Japón, quien estaba al mando del restaurante nipón del hotel.

Tras compartir varios años de duro trabajo deciden asociarse y emprender un nuevo proyecto, Takumi

No es que yo sea un experto en esto de la gastronomía nipona, mas bien al contrario, dada mi ignorancia en la materia, pero de lo que si entiendo es de cocina y sobre todo de buena cocina.

Así que os puedo contar que mi experiencia en Takumi fue mucho mas que placentera.

Llegue temprano, sobre las 8, me senté en la barra ya que iba solo y pedí una cañita. Normalmente en este restaurante no se come en la barra, pero si tienes la suerte de que cuando llegas hay poca gente y el maestro Toshio esta de  buen humor, tal vez te deje sentarte en la barra de sushi, justo en su frente, donde puedes ver en vivo el escrupuloso y metódico sistema de trabajo que emplea, tengo que decir que es alucinante verlo trabajar.

Comencé con una estupenda sopa de miso, que en Takumi sirven con un poco de tofu, alga wakame y cebolleta fresca, sopa sencilla, potente y sabrosa que es perfecta para abrir boca, especialmente en estas noches frías de invierno.

Para continuar Toshio me preparo un surtido de niguiris francamente espectacular. Lo primero que note al probarlo fue la delicadeza del arroz, cocinado y aliñado con maestría y aun con un punto templado, ya que en esta casa es costumbre cocer el arroz justo antes de cada servicio y si llegas a buena hora, puedes comerlo recién hecho, casi humeante. Además del punto del arroz es importante la manera de trabajarlo, Toshio forma las bolas con una habilidad quirurgica para evitar que el arroz quede apelmazado y al degustarlo se deshaga con suma fragilidad y de esa sensación untuosa que te inunda la boca.

El surtido de niguiris estaba compuesto de 5 variedades diferentes, a dos piezas por tipo, o lo que es lo mismo 10 excelsos bocados de puro sabor nipón. El neguitoro, mantecoso y delicado, el aburi, dos de atún y dos de salmón, majestuosos  y los clásicos niguiris de atún y pez mantequilla, sublimes y de una frescura exultante.

A continuación Álvaro me preparo dos piezas de Gunka, variedad en la que una vez se forma la bola de arroz se enrolla con una tira de alga nori y se culmina con diferentes rellenos, este iba con tartar de salmón, pura magia.

Para terminar me zampe una Gyoza, que básicamente son unas empanaditas hechas con pasta wantan y que una vez cocidas se pasan por la sartén junto con una masa muy ligera de agua y harina que le aporta una costra fina y crujiente. El relleno puede ser variado, este tenia panceta, col blanca, col china y sésamo.

En fin, fue toda una experiencia gustativa que recomiendo entusiasmado, ya que no creo que tengamos otro restaurante japonés de esta categoría en la provincia de Málaga.