Huevos con pan

Huevos camperos con pan

Los huevos de aves forman parte de la alimentación de diferentes especies animales desde tiempos remotos, su riqueza en proteínas y lípidos los convierten en una fuente energética muy atractiva y sabrosa. Los más consumidos son los de gallina, aunque en el mercado podemos encontrar huevos de pato, oca, codorniz, avestruz, etc. Mayoritariamente proceden de granjas industriales y son huevos que no han sido fertilizados, (aunque existe un huevo fertilizado que se comercializa en Indonesia, “el balut”).

Los huevos pueden ser de diferentes tamaños y así se catalogan para su comercialización, si el ave es joven, los huevos serán más pequeños, mientras que si el ave es adulta los huevos serán de mayor tamaño. El color, ya sea blanco o moreno, no es indicativo de calidad, sino que más bien depende de la raza de gallina que lo pone, y en ningún caso varia sus propiedades nutricionales.^[]

Un huevo medio de gallina suele pesar entre los 60 y 70 gramos, de los cuales el 10% es cáscara, el 30% es yema y el 60% restante es clara

La cáscara del huevo es porosa y puede alcanzar a tener hasta 15.000 poros, por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de almacenarlos, procurando que estén aislados de olores fuertes. También a la hora de limpiarlo, la temida salmonela suele estar presente en los restos de excrementos que quedan adheridos a la cáscara, para limpiarlos no deben sumergirse en agua, lo más recomendable es limpiarlos bien con un paño húmedo justo en el momento de usarlos.

El color amarillento de la yema se debe a las xantofilas que la gallina obtiene principalmente de los diversos granos que ingiere, (como el maíz), por eso el color de la yema de los huevos camperos es mas intenso y vivo.

Para saber si un huevo es fresco existen varios métodos que os detallo a continuación, el no ser fresco no quiere decir que el huevo este en mal estado, simplemente pierde en calidad.

1 -Sumergir el huevo en una solución de agua con sal; si el huevo se va al fondo es fresco, si flota no es fresco y si se queda entre dos aguas estará en un término medio.

2- El huevo tiene una pequeña cámara de aire en su interior que va creciendo a medida que pasan los días, por este motivo si agitamos el huevo junto a la oreja podremos notar el movimiento del mismo, a mayor movimiento menor frescura.

3- Al cascar el huevo en un plato; si la clara queda recogida alrededor de la yema se considera un huevo fresco, si por el contrario se expande por el plato separándose de la yema el huevo no es fresco

Aquí os dejo esta sencilla y original receta, con la que seguro sorprenderéis a vuestros invitados

Huevos camperos con pan

Para las rebanadas de pan

Media baguette de pan blanco

Semi congelar la barra y cortar finas láminas de pan con la ayuda de la corta fiambres.

Para los huevos

Separar la clara de la yema.

Para la yema

Estirar 2 láminas de pan, una sobre la otra, de manera perpendicular formando una cruz. En el centro colocar la yema de huevo con una pizca de sal y cubrir con los extremos de las láminas de pan formando un paquete cerrado. Dar la vuelta para que no se abra y colocar sobre una bandeja de horno untada con aceite de oliva

Para la clara

Romper ligeramente con la ayuda de una varilla, pasar por un colador e introducir en un biberón. Poner aceite en una sartén a unos 60º aproximadamente e ir escudillando gotas de clara de diferentes tamaños sobre este para que vayan cuajando. Sacar sobre un papel absórbete para que pierdan el exceso de grasa y reservar

Otros

Flor de sal de Cádiz

Flores de borraja de Málaga

Aceite de oliva virgen extra verdial.

Para el montaje del plato

Untar una bandeja de horno con un poco de grasa y colocar los paquetes de pan y yema sobre esta, hornear a 220º durante 2 minutos o hasta que el pan este crujiente y dorado (esta operación también puede hacerse en la salamandra o grill. Disponer dos paquetes de pan y yema en un plato y alrededor colocar la clara cuajada previamente calentada en el horno, añadir unos cristales de sal, un chorro de aceite de oliva virgen y unas flores de borraja